Pasaron algunos días desde las últimas lluvias. Rios y lagunas conectaron con el mar. Han acompañado vientos suaves y el tiempo ha sido suficiente como para que los bancos de arena que se hayan formado estén listos para recibir mares de fondo. Los sitios de pronósticos anuncian vientos de tierra. Allá vamos, donde el instinto diga.
Son las 22 horas, cargamos todo, hacemos una parada, dos y continuamos, estamos en ruta. No sabemos exacto donde parar pero en algun momento va a pasar. Se nos cruza una mulita, nos pasamos, frenamos, insinuamos. Vamos hacia atrás y doblamos. Es acá, ahí mismo sin titubeos entramos, sin saber donde llegamos. Bajamos, no descansamos, son las 23 y armamos, prendimos un fuego y meditamos.
Rengo ! Vení acá ! . Escuché en medio de un sueño con sonido a mar y rayos de sol en la cara. Aparentemente, una persona le gritaba a su perro que se acercó al campamento por el olor a fogón recién apagado. Dani sale de la carpa y recibe a unos amigos. Termino de entender que estoy despierto y junto a Tato nos levantamos. Seba dormía en el auto y al despertarse minutos antes que nosotros decidió volver ya que no se sentía bien. Dormimos 4 horas, el mar se presenta como lo imaginamos, está aceite, las olas lanzan tubos.
Es acá, ahí mismo sin titubeos entramos, sin saber donde llegamos. Bajamos, no descansamos, son las 23 y armamos, prendimos un fuego y meditamos.
Dani y Tato eligen no desayunar y salir al trote dertrás de Jerry y Lucas que habían llegado a acompañar. Entro en la carpa y termino de apretar las 16 tuercas que el housing trae. Una sensación especial me invade, luego de mucho tiempo lo imaginado se da, se presenta, llega y es todo verdad. Son 3, 4 minutos hasta el banco de arena que mágicamente estaba ahí esperándonos, como si nuestra mente fuera una fábrica de deseos. Al trote nomás veo a Lucas hacer el drop, poner un bottom con estilazo y clavarse bajo una ola mas que sufuciente para sentir que estamos surfeando. Ahí nomás salté al mar.
Conectamos con las condiciones durante unas 4 horas, cerca del mediodía comenzó la virazón. Ahí salimos del mar. Mochila llena. Hora de descansar. Ahora son las 13, el sol aprieta, no tenemos sombras naturales. Tato se portó y en un pequeño mirador abandonado, armó con una gran lona que había llevado un rincón que nos permitió curtir el lugar como corresponde. Nosotros más que agradecidos, recordamos entre cuentos las olas que nos surfamos.
Entró la tarde, el viento está arrachado, refugiados del sol y el viento descansamos unas cuantas horas. Al despertar, caminamos, nos despabilamos, juntamos unas maderas y un fuego armamos, conversamos y un vino tomamos, también fumamos y al fin descansamos.
Foto 1. Fuego y estrellas previo al surfing.
Foto 2. Preparación de equipos en la carpa.
Foto 3. Lucas me muestra donde debo entrar. Tato lo mira.
Foto 4. Escultura de mar.
Foto 5. Line up de sueño.
Foto 6. Esta secuencia son 20 fotografías. Dani entra en el tubo, se pierde dentro y sale escupido, vuelve a entrar y vuelve a salir.
Foto 7. Lucas en una de sus buenas olas de la mañana.
Foto 8. Dani a toda velocidad buscando ya tu sabes.
Foto 9. La mejor ola de la mañana le tocó a Tato, entró desprevenida, raza, rápida, elegante.
Foto 10. Jerry estando donde hay que estar.
Foto 11. Tato acelera y se mete donde más le gusta.
Foto 12. Al fondo el rincón de sombra. Al frente el fogón esperándonos.
Foto 13. Campamento listo.
Foto 14. Posando para el recuerdo.
Solo resta dar las gracias a la pacha que nos permitió disfrutar de todo esto. También agradecernos a nosotros mismos por permitirnos en tiempos tan complicados disfrutar de este hermoso planeta. Que se repita. Siempre hay surf en MORESURF.
SURFISTAS. Tato Rijo, Dani Seoane, Lucas Salvador, Daniel Giorgi, Seba Gandini.
Creación de contenido. Nicolás Albano